En los últimos días algunas costas de California han sido testigos de un fenómeno lamentable: la aparición de cientos de calamares muertos, al parecer una especie de suicidio masivo cuyas razones aún se investigan.
La zona donde esto se ha observado es el norte de California, especialmente en las inmediaciones de Santa Cruz. En cuanto a la especie, se trata de la Dosidicus gigas, o calamar de Humboldt, un cefalópodo sumamente inteligente, carnívoro, que recibe este nombre por ser natural de la región marítima dominada por la corriente de Humboldt, que cubre buena parte de las costas de Sudamérica, aunque dicha especie también es común en las aguas californianas, tanto en Estados Unidos como en México.
El hábitat natural de estos calamares son las aguas profundas, pero en años recientes especialistas han notado que hay ocasiones, cuando emprenden la colonización de nuevos territorios marinos, en que cientos de especímenes se lanzan en una especie de actitud kamikaze hacia las costas, en un comportamiento del cual solo se tienen indicios que pueda explicarlo.
De acuerdo con Hannah Rosen, investigadora en Stanford, es posible que esto se deba al “El Niño”, el conocido fenómeno meteorológico que, entre otras consecuencias, altera la temperatura promedio del océano, de ahí que los calamares viaje en busca de aguas más frías.
En esta conjetura, los animales podrían haberse desorientado y encallado en las playas mientras cazaban.
Sin embargo, existe otra circunstancia que también confunde a los científicos: el hecho de que en los cuerpos se han encontrado restos de algas rojas, cuyas neurotoxinas también podrían haber influido en la pérdida de rumbo de los cefalópodos.
El calamar de Humboldt es una especie particularmente agresiva que nunca se ha podido mantener en cautiverio, pues cuando esto sucede, los animales se estrellan contra las paredes de su jaula hasta matarse.